EXCURSIÓN A LA RAMBLA DE CASTRO

La Rambla de Castro, es un auténtico paraíso, situado en la costa norte de Tenerife. Éste es un paisaje protegido que se encuentra dentro del municipio de Los Realejos y que limita con el Puerto de la Cruz; un municipio muy bello también y lleno de lugares interesantes.



Foto 1.- Municipio Los Realejos.


Foto 2.- Cartel a la entrada del sendero.

Tiene una extensión de 45,9 hectáreas, extendiéndose desde la costa de El Burgado, hasta las cercanías de la playa El Socorro, muy frecuentada en los meses de verano. Específicamente la Rambla de Castro es el espacio que se encuentra a los pies del mirador de San Pedro. A éste se llega desde Santa Cruz y desde el Puerto por la autopista del norte que termina a la altura del casco Urbano de Los Realejos y prosigue como carretera convenciona. Un poco más allá, a la altura del Km 41 y después de atravazar el túnel que pasa bajo el barrio de San Vicente encontramos el desvío que va hacia el mirador; lugar en que se puede aparcar el coche.

Nosotros llegamos allí a las 08:32 h, pues salimos de la estación de guaguas de Santa Cruz a las 07:20 h en la ruta de TITSA 107 que va por la autopista del norte, lo primero que hicimos fue dirigirnos hacia el panel para conocer algo de las características naturales del lugar y su historia, mirando hacia la izquierda se puede observar la costa del norte extendiéndose hacia Icod y Garachico, en frente se ven las plataneras con un solitario drago que emerge entre ellas, también se destaca en el paisaje una pequeña urbanización junto al acantilado y a la derecha, en primer plano, La Rambla de Castro. Si nos asomamos por el mirador vemos justo debajo una ermita, a la que se llega por un sendero que parte desde el mismo mirador. Esta ermita fue construida en el siglo XVIII y como es natural está dedicada a San Pedro.

Desde el mirador y algo más abajo se puede ver entre el follaje una casa que se encuentra junto a un palmeral, esta es la hacienda o casona de los Castro, señores que dieron nombre al lugar.

Enmarcados en esta zona, no podemos perder tres referencias importantes del entorno: La hacienda de Castro, La Ermita de San Pedro y El Fortín de San Fernando.








Ya después de un rato de contemplación panorámica de todos los alrededores nos dispusimos a adentrarnos en este espacio natural, que prometía desde las alturas ser muy interesante, desde que vamos descendiendo nos empezamos a dar cuenta de la auténtica belleza del paisaje, que consta de gran riqueza florística y faunística; destacándose la palmera canaria (Phoenix canariensis), algunos dragos de diferentes tamaños pues en estos momentos están reforestando, pues observamos algunos muy pequeños, un laurel de la India que según dice allí un cartel este árbol fue traído de Cuba. Está muy frondoso y da una rica sombra la que podemos aprovechar para hacer un descanso, la sombra de esta especie de árbol es muy relajante y da una gran sensación de paz, en varias ocasiones yo he tenido esta experiencia.


Foto 3-.Posando a la sombra del Laurel de la India

También se detaca dentro de este paisaje entre otros; el verol, la tabaiba y el cardón siendo también singular y muy lindo el sonido del canto de las aves que anidan allí y que te mantienen embelezados a lo largo de todo el trayecto por los diferentes senderos, entre ellas podemos citar; las palomas, los mirlos, los canarios silvestres y los herrerillos o alpispas.


Foto 4.- Verode


Foto 5-. Santiago grabando el sonido de las aves.

El primer sendero que seguimos fue hacia la derecha, rumbo al nacimiento del agua, el rincón más íntimo -generador de este hermoso jardín- era sin duda “La Madre del Agua”. En lo alto del barranco, brota el agua, entre grandes helechos y frondosa arboleda se puede oir el murmullo de la cascada, el agua baja por la estrecha quebrada y se va recogiendo en canaletas que bordean el camino, actualmente por tramos se encuentran llena de hojarazca.

A las 09:00 h nos dirigimos a un camino a la izquierda que nos llevó a la casona de los Castro. Es una inmensa casona de color amarillo con patio y jardines, rodeada de palmeras -la palmera canaria- actualmente se conserva en muy buen estado. Desde este punto podemos observar hacia el este las ruinas del Elevador de Aguas de Gordejuelas- industria construida en el año 1903 por la casa Hamilton- donde se instaló la primera máquina de vapor de la isla de Tenerife, con el objetivo de dar fuerza motriz a un molino harinero y elevarlas hasta una zona de cultivo de plátano sembrados en los terrenos de ambos Realejos. Además desde allí se puede ver una gran area de la costa.


Foto 6-. Ruinas de la casa del Elevador de Agua
de Gordejuela.

Salimos al camino de nuevo a las 09:40 h para encaminarnos a un mirador por un sendero de tierra, desde allí se observa a la izquierda la casona y hacia la derecha más arriba visualizamos el Fortín de San Fernando, tomamos fotos desde allí y luego nos dirigimos al fortín por un sendero entre barandas.


Foto 7.- Eric y Bere embelezados ante este
bello panorama.


Foto 8.- El fortín de San Fernando desde el mirador.

Este fortín fue una fortaleza defensiva construida a finales del siglo XVIII contando en el año 1808 con una tronera compuesta por cinco cañones, colocadas por Agustín de Bethencourt y Castro por precausiones; ya que en estas costas merodeaban piratas que asaltaban las embarcaciones que partían de las islas rumbo a la Península. Hoy sólo existen tres de estos cañones en buen estado. Nos recreamos mirando desde allí el bellísimo panorama que ofrecía esta parte de la costa y vimos más abajo las casetas y tanques que recogen el agua de los manantiales del lugar y hacia allí nos dirigimos a las 10:30 h, primero subimos y luego bajamos por unas escaleras de piedra.


Foto 9.- Tanque que acopia el agua de la zona.

Llegamos a las 10:55 h. Este lugar de acopio del agua presenta una caseta para el guarda, otra para las maquinarias, unos estanques donde se crian carpas, nos dijo José -el guarda con el cual conversamos un rato- que es para que limpien el agua y así resguardar los filtros que desde hace 20 años no se tupen, José hace muchos años está trabajando allí, nos contó que esa agua se bombéa con el fin de regar las plantaciones de los Realejos y nos explicó que en la actualidad éste hace la función que antaño hacía el Elevador de Agua de Gordejuela. Desde allí se pueden observar sus ruinas, las que pueden ser visitadas también. tomamos algunas fotos y bajamos por una escalera hasta los cayados cerca del mar, nos sentamos allí un rato pues es muy agradable el sonido de las olas del mar.


Foto 10.- Escuchando el rugido del mar.

Esperamos que José terminara su trabajo y a las 11:30 h nos dirigimos al tunel que nos llevaría a la Rambla de Castro.


Foto 11.-Túnel que comunica con la Rambla de Castro.

Por allí era más fácil el regreso, unos tres metros caminamos agachados, ya después la bóbeda del techo se hacía más alta y seguimos camino de pie detrás del guarda -que portaba una linterna- más o menos alrededor de 100 m, hasta que salimos arriba de la playa de Castro y a las ruinas del propio Elevador de Agua de Gordejuelanos, ésto nos convino; ya que todavía no habíamos visto esta parte del entorno.


Foto 12.- Sendero desde la playa de Castro
hasta la Rambla de Castro.

Eran ya las 11:55 h cuando subimos por un sendero que nos llevó entre diferentes tipos de plantas, (magarza, cerrajón y otras típicas del lugar) hasta un extremo de la casona, dentro de la propia Rambla de Castro, allí nos despedimos de José que se marchó a su casa


Foto 13.- Cambiando impresiones con José.

Luego nos encaminamos al sitio donde se encuentra el laurel de la india. Bajo su sombra queríamos hacer un alto para almorzar; ya que no habíamos comido nada desde que salimos de la casa y con tanto caminar ya era hora de reponer energías. Nos sentamos en uno de los muros que ahí se encuentran. A esta hora había una gran afluencia de turistas que iban y venían por los mismos senderos ya realizados por nosotros.


Foto 14.- A lo lejos algunos turistas disfrutando
de este hermoso paraíso.

Luego de comer, nos quedamos un rato a la sombra de este árbol y después nos encaminamos al sendero que parte del mirador y que nos llevó hasta la Ermita de San Pedro. Ésta se encuentra sobre un altozano desde donde se puede contemplar una gran parte de la región de Los Realejos al igual que gran parte de sus costas.


Foto 15.-La Ermita de San Pedro

Esta ermita es una edificación del siglo XVIII dedicada a San Pedro, albergando la imágen del apóstol en talla completa al estilo del Barroco Isleño. Después de tirar algunas fotos panorámicas y hacer un vídeo, seguimos el sendero que se encuentra por el costado derecho de la emita llegando hasta el Mirador de San Pedro, desde donde pudimos observar el impresionante paisaje del litoral costero de Los Realejos.


Foto 16.-Litoral costero de Los Realejos

Si continuamos este camino llegamos hasta la playa, ya eran las 13:30 h; por lo que decidimos regresar hasta la parada de la guagua, pues ya llevábamos más de 5 horas caminando.


Foto 17.- Rumbo a La Laguna

A las 13:45 llegó la guagua - ruta 108 de TITSA- donde nos trasladamos hasta la estación de guaguas de La Laguna, de allí en la ruta 014 hasta la cuesta, llegando a la casa a las 15:13 h felices como siempre de haber podido disfrutar y sobre todo ahora, tener la oportunidad de compartir con ustedes un pedacito de la preciosa naturaleza de estas islas; que no por gusto algunos las llamaron "Islas Afortunadas".

Para finalizar tomamos un vídeo desde el mirador, donde observamos por última vez -antes de retirarnos- los senderos andados.



Sobre la zona visitada por nosotros en esta ocasión -La Rambla de Castro- algunos personajes históricos que las visitaron en siglos anteriores, expresaron en palabras sus impresiones.

Sabino Bethelott 1825, lo bautizó como "Los Jardines de Armida sin necesidad de la mano del hombre".

Jean Mascaret, astrónomo del observatorio de Paris, bautizó este paisaje natural como "El Edén que se extiende hasta las olas del mar".

Benigno Carballo Wangüemert, dijo: no hay entre la Orotava e Icod un rincón más admirable y más hermoso que este".

Y nosotros (Santiago, Berenice y Eric) -que lo vivimos en este siglo XXI- diríamos: éste es uno de los tantos "bellísimos lugares" que abundan en la isla de Tenerife y en las demás Islas Canarias, dignos de ser visitados y admirados. ¡¡No hay nada que se pueda comparar con el propio deleite de nuestros sentidos al entrar en contacto directo con esta naturaleza!!



Foto 18.- Esperamos hayan disfrutado de este post.

¡¡¡hasta la próxima!!!