EXCURSIÓN A IGUESTE DE SAN ANDRÉS

Nuestro objetivo con esta excursión lo fue: visitar el poblado y los lugares de importancia histórica; además de realizar el sendero que lleva hasta las ruinas de El Semáforo o Atalaya, que se ha conservado en la actualidad como un mirador natural, que se encuentra a una altura con respecto al nivel del mar de 60 m, aproximadamente. Desde este lugar se pueden apreciar bellísimas vistas de la costa y del poblado.

Para realizar este recorrido tuvimos que buscar información por internet; ya que no contábamos con una guía o manual que nos aportara información acerca de esta zona. Completados todos los preparativos, decidimos iniciar este recorrido el día 17 de agosto del año en curso.

Descripción de la excursión
Tomamos un taxi a las 04:45 h; el cual nos llevó hasta la estación de guaguas de Santa Cruz. Allí esperamos hasta las 05:20 h para abordar la ruta 245 de TITSA, que nos trasladaría hasta el poblado de Igueste de San Andrés.

Pasamos por San Andrés, Las Teresitas, Las Gaviotas. Los caseríos de las montañas se observaban alumbrados.

A Igueste llegamos a las 05:50 h. Le hicimos algunas preguntas a la chofer de la guagua y a uno de los habitantes que se encontraba en la parada; quienes nos aconsejaron que esperáramos a que amaneciera.

Ya con las indicaciones y consejos dados por estas personas, nos dirigimos hacia una escalera de piedra; la cual nos lleva hasta la plaza de la iglesia de San Pedro.

Esta iglesia es de estilo neogótico. Está rodeada de un espacioso parque, con bancos; que en esta ocasión nos sirvieron para esperar allí hasta que amaneciera.

Eran ya las 07:10 h cuando comenzó a amanecer, por lo que nos encaminamos por el costado derecho de la iglesia hasta el cementerio del pueblo.

Llegamos hasta el cementerio por un camino o sendero de losas, subiendo siempre y bordeando la costa. Tomamos algunas fotos y nos causó la gran cantidad de plantas de mangos y guayabas que existen en el entorno de este poblado; que se encuentra al final de la carretera de la costa.

Igueste de San Andrés está enclavado en un valle, donde abundan plantas tropicales, como mangos, papayas, aguacates y plátanos; esto gracias a su clima y sobre todo a las semillas que trajeron la gente de esta zona, como resultado de sus viajes de emigración a Cuba, Venezuela, Argentina...; las que plantaron y cuidaron y que aún hoy en día se conservan como antaño.

Al cementerio llegamos a las 07:30 h, por lo que desde la iglesia está a 20 minutos de camino. Desde allí seguimos un sendero a la izquierda;el cual tiene protegido por medio de una cuerda, que se sitúa a lo largo de éste. Este camino bordea el barranco que discurre hasta orillas del mar. A la izquierda -en este trayecto- observamos un "roque", que según los lugareños tiene como nombre "roque de Anaga".

A lo largo del recorrido se van observando vistas de la costa y del poblado; donde se destacan -como dijimos anteriormente- las plantas tropicales introducidas por el hombre.

Continuando este camino llegamos hasta un cartel, donde se especifica que allí en una casetas se guardan perros. Eran ya las 07:50 h y como el camino en esta zona se difunde y sólo se ven senderos dispersos (que parecen hechos por el paso de las cabras); entonces Chago y Kemel deciden hacer una exploración por los alrededores para determinar si el camino continúa hacia el mirador. Regresan a las 08:10 h sin encontrarlo, por lo que regresamos de nuevo al cementerio para ver si "rastreando" allí encontrábamos el verdadero camino que nos llevara al lugar de nuestro objetivo. Como "para abajo, todos los santos ayudan", en 10 minutos llegamos allí; encontrando que, un poco más a la izquierda, a unos 100 m del cementerio estaba el sendero. Este camino tiene una pendiente de alrededor de 45º y hay que ir con cuidado, porque en la ladera derecha del sendero se observan descarnamientos producto de la erosión del agua sobre este tipo de roca pizarrosa.

A lo largo del sendero se destacan pequeñas grutas o cuevas, todas ellas de origen volcánico; además de las plantas propias de la comunidad de tipo Basal: cardones, tabaibas, tuneras, verodes inciensos, balos, flor de Santa María; de las que mostraremos algunas de ellas.









El tránsito por el senderos se realiza en forma de zig-zag, bordeando el barranco de Igueste. A la altura en que nos encontrábamos ya, íbamos observando el pueblo cada vez más pequeño a nuestros pies. Muy a menudo puede verse intrusiones de la roca ígnea entre la sedimentaria, formando vetas, que desde las paredes continuan por el piso del camino hacia la ladera del barranco.

Esto debió producirse debido a la existencia de una fisura en la roca sedimentaria, a través de la cual fluyó el magma o lava volcánica. Se observan, muy claramente, las distintas fases de la erupción volcánica transcripta por los cambios de coloración o matices de la roca. A partir de aqui se humedece algo el terreno; provocando la aparición de algunos musgos y helechos.

Hicimos una parada a las 09:10 h para descansar, tomar agua y desayunar; aprovechando una roca plana ubicada próxima al sendero. Desde allí divisamos por los binoculares todos los alrededores: el pueblo, la costa, la playa, etc. Se tomaron fotos panorámicas del lugar.

A las 09:30 h continuamos nuestra travesía hacia el mirador (Atalaya o Semáforo) todavía en sentido ascendente. Ya a las 09:55 h estábamos cerca de la cima ( como a 600 m sobre el nivel del mar). Desde allí hay un muro de contención, de piedra y cemento, a lo largo del borde del barranco.




Ahora vamos descendiendo hacia la costa, donde se encuentran los fuertes abandonados y convertidos hoy en mirador natural. Desde aqui se puede divisar la isla de La Palma a lo lejos y vistas de toda la costa.

A la Atalaya llegamos a las 10:25 h. Tomamos fotos y recorrimos las instalaciones ya en ruinas y abandonadas. En su época tuvieron gran importancia para la observación y defensa de la isla de Tenerife. Desde este lugar se vilaba la costa de Santa Cruz, era una especie de semáforo que le llamaban El Semáforo o La Atalaya. Aunque hoy sólo existen sus ruinas, aún pueden verse la arcadas en sus puertas y cuarto, la cocina derruida y las demás habitaciones.






A las 11:20 h iniciamos el ascenso primero para luego descender hasta el pueblo nuevamente. En el camino, en la misma roca que antes habíamos desayunado; decidimos hacer el almuerzo. Eran ya las 12:00 h cuando comenzamos a preparar los bocadillos de jamón, queso y ketchup; además de ciruelas, uvas pasas, aceitunas, nueces y zumo de melocotón. El descenso lo iniciamos a las 12:45 h.

A las 13:15 h llegamos a la parada de la guagua. En este trayecto tomamos una foto a la iglesia de San Pedro y a las casas del poblado; ya que cuando llegamos al pueblo anteriormente era de noche; no queríamos pasar por alto guardar un recuerdo de estas edificaciones.






Investigamos con algunos pobladores acerca del horario de la guagua para regresar a Santa Cruz, nos dijeron que hasta las 15:00 h no llegaba; por lo que nos dió tiempo de hacer un recorrido por el pueblo, encontrar un bar donde tomar algo refrescante e ir al baño. Esto motivó que conociéramos algo más de este pintoresco pueblo que aún conserva su nombre prehispánico: "Igueste de San Andrés". Esperamos que hayan disfrutado junto a nosotros de esta pequeña excursión, descrita y fotografiada con mucha ilusión para compartirla con todos uds; pues esta es representativa de uno de los ecosistemas canarios constituido por las comunidades del Piso Infracanario.